sábado, 30 de diciembre de 2006

El Ángel que nos hacía falta...

Querida Lina…

Contigo compartí momentos especiales que dejaron una huella imborrable en mi corazón.

Recuerdo tardes de clases
donde te veía pasar de un salón a otro,
- algunas veces lo hacíamos juntas;
mañanas donde madrugábamos
para comenzar el día con clases
que no muchas veces eran agradables,
sin embargo,
siempre encontrabas una manera de alegrar el momento.

También recuerdo unos cuantos partidos de fútbol… definitivamente
eras de las que más corría y
animaba al equipo (ya bastante derrotado),
a continuar hasta el final.

Eras una luchadora,
la desgana y la derrota no eran parte de tí…al contrario:
siempre fuiste quien daba más de si para continuar, aún en la adversidad.

Eras alegre y siempre sonreías…
y esa sonrisa es la que llevo conmigo desde tu partida.

Lamenté no poder acompañarte en tu despedida …
me encontraba lejos...

Sin embargo, tengo una alegría más grande
que la tristeza que ha dejado tu ausencia,
pues sé que estás con Nuestro Señor
y que allí tu alma encontró su plenitud
y nos estás ayudando a continuar con nuestro camino;

Tenemos contigo el ángel que nos hacía falta.

Hasta pronto Linita,
ya llegará el momento de volvernos a ver.

Ana María Barragán C.
------------------------------------------------
Envía tus anécdotas, cartas, comentarios y fotos a linaalaire@hotmail.com y pronto las publicaremos.
Comparte este blog con otros amigos de Lina María.

3 comentarios:

Unknown dijo...

TE AMO CADA SEGUNDO QUE PASO SIN TI TE AMO MAS, ERES LO MAS BELLO DE NUESTRAS VIDAS, SIGUES ILUMINANDO MIS DÍAS Y ALEGRANDO MIS NOCHES, SIEMPRE ME APOYAS, SIEMPRE ME ACOMPAÑAS, SIEMPRE ESTAS PARA MI, TE AMO TE EXTRAÑO COMO EL PRIMER DÍA.

TU SOBRINA NO DEJA DE PREGUNTAR POR TI TODOS LOS DÍAS ELLA TAMBIÉN TE EXTRAÑA MUCHO.

SIEMPRE SEGUIRE AMANDOTE HERMANITA

Anónimo dijo...

Me haces falta Linis.

hoy mas que nunca.

Iván Poveda dijo...

Hoy me desperté con una sonrisa. Una que nunca se me borra. Son las 4 AM. Tengo ya 44 años. Hoy en mi sueño apareciste como un huracán, como siempre. En el centro de atención, en el aire con tu risa. Desarmandome con una sola frase. Me desperté con tu aroma y la sensación de felicidad de haberte visto, de haber estado otra vez contigo. Gracias por existir mi Morena.